LEED EL SIGUIENTE TEXTO Y COMENTADLO.
Vivir donde vivimos nos concede el privilegio de tomarle
el pulso a las estaciones. El otoño se muestra esplendoroso con las lluvias
caídas. Ya ha pasado la floración de los algarrobos, habiéndose podido percibir
el acre olor de las flores del algarrobo macho. Las mandrágoras espejean entre
el pasto. Los madroños lucen sus flores blanquecinas y sus rojos frutos. Ya
podemos disfrutar del dulce perfume de las flores de la zarzaparrilla.
Tras haberse superado los cuatrocientos litros por metro
cuadro de precipitaciones, el manantial del Quejigo ha comenzado a manar, hecho
que vengo constatando desde hace años, siempre que las lluvias se acumulen al
comienzo del año pluviométrico (cosas de la hidrogeología), así que pronto
deberá empezar a salir agua en la entrañable fuente de Los Cañitos.
Disfrutad de la naturaleza con todos los sentidos.
José Luis Juárez Villarín